La artrosis es una enfermedad del sistema muscular y esquelético, con una alta prevalencia que aumenta con la edad. A nivel mundial la artrosis de rodilla y cadera es una de las causas más importantes de dolor e invalidez, particularmente en el adulto mayor.

Este problema de salud se caracteriza por la degeneración progresiva del cartílago articular resultando en disminución del espacio articular, dolor y pérdida progresiva de la potencia muscular. Los pacientes con artrosis sintomática presentan como principal causa de consulta dolor y limitación funcional. El dolor afecta severamente la calidad de vida y es el principal motivo del abuso de fármacos y de la indicación de artroplastia, por lo que su tratamiento se considera de gran importancia en la rehabilitación.

El dolor, sensación de inestabilidad y limitación funcional son las principales consecuencias de este proceso degenerativo que conllevan en la mayoría de casos a la inactividad por parte de las personas que padecen estos problemas y esto a su vez resulta en atrofia muscular y pérdida de la condición física, lo que perpetúa y exacerba el dolor y déficit funcional.

Investigaciones han mostrado claramente la efectividad del ejercicio aeróbico y del fortalecimiento muscular para disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes con artrosis.

¿El ejercicio puede beneficiar a personas con artrosis?

Hasta ahora la pérdida de cartílago es irreversible, lo que ha centrado el tratamiento no quirúrgico en disminuir la invalidez y controlar el dolor evitando los efectos potencialmente dañinos de los fármacos.

Se ha mostrado que los ejercicios de fortalecimiento muscular con resistencia variable y los ejercicios aeróbicos aumentan la función muscular, disminuyen el dolor y mejoran la capacidad funcional de los pacientes.

Los efectos benéficos de la actividad física han sido reportados consistentemente tanto al comienzo de los programas como a meses de seguimiento, y los resultados en cuanto a disminución del dolor y aumento de la capacidad funcional son comparables a los obtenidos con analgésicos (AINES), por lo que el aumento en la actividad física mediante ejercicios validados es un aspecto esencial del manejo conductual exitoso de los pacientes con artrosis.

Ejercicios validados para personas con artrosis

El Colegio Americano de Medicina Deportiva clasifica el ejercicio en diversos tipos:

  1. fortalecimiento/rango de movilidad
  2. aeróbico/resistencia
  3. resistencia/fortalecimiento
  4. balance/propiocepción, con frecuentes áreas de intersección.

Las personas con artrosis frecuentemente temen aumentar su actividad física por temor a empeorar su condición actual. Pero, de acuerdo con la evidencia disponible, la actividad física en intensidad y tiempos controlados resulta en grandes beneficios y el temor bien fundado debe ser a la inactividad.

Ejercicio aeróbico

Se ha mostrado que el ejercicio aeróbico disminuye los síntomas de la artrosis y mejora la función física. Incluso cortas caminatas diarias reducen el dolor y mejoran la función muscular.

El ciclismo ha mostrado un efecto similar. Al ser una actividad de bajo impacto aeróbico se ha transformado en una recomendación popular. Se han mostrado beneficios con distintas intensidades y buena tolerancia sin reportes de dolor agudo asociado a la actividad.

Los ejercicios de resistencia/fortalecimiento muscular

Este tipo de ejercicio también han mostrado efectos positivos en disminuir el dolor y aumentar la capacidad funcional en artrosis de rodilla. Tanto los ejercicios domésticos como los realizados en gimnasio son efectivos y la preferencia del paciente, educación y acceso deben ser considerados al desarrollar un programa de entrenamiento.

Las terapias acuáticas se recomiendan en pacientes que no toleran o se resisten a ejercicios en tierra. Debido a que estas terapias generan menor impacto en las articulaciones, se cree que pueden ser mejor toleradas, sin embargo, hasta la fecha no se han mostrado consistentemente beneficios a largo plazo. La recomendación actual es utilizar las terapias acuáticas para iniciar el tratamiento para luego avanzar a terapias en tierra.

Ejercicios propioceptivos y actividades enfocadas en el balance

Este tipo de ejercicios, como el Tai-Chi o el baduanjin chino aún se encuentra en investigación. Sin embargo, se ha mostrado que su práctica regular al menos durante ocho semanas influye positivamente en el dolor, balance, confianza y capacidad funcional.

Según la evidencia disponible es claro que el ejercicio suave a moderado influye positivamente en los pacientes con artrosis. Acondicionamiento aeróbico, ejercicios de resistencia y terapias acuáticas al igual que métodos en estudio para resultados a largo plazo como ejercicios propioceptivos y Tai-Chi, entregan beneficios.

Fuente:

Negrín, Roberto & Olavarría, M.. (2014). Artrosis y ejercicio físico. Revista Médica Clínica Las Condes. 25. 805-811. 10.1016/S0716-8640(14)70111-7.

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